lunes, 7 de noviembre de 2011

Tomás Segovia (1927-2011)

"Un escritor español del siglo XX es más del siglo XX que español. Tiene más que ver con un checo del mismo siglo que con un compatriota suyo del XV. Las identidades existen, pero de hecho, no de derecho. Invocar como derecho un hecho diferencial es lo más alejado que existe de la democracia. Es lo mismo que invoca un rey respecto a sus antepasados. Al final, la identidad siempre acaba en bombas. Más que las identidades importan las lealtades. Y para ser leal hay que ser libre, único, mientras que lo identitario es lo idéntico".

Como puede leerse en varias novelas de Javier Marías, y antes que él en tantos místicos, es imposible saber cuál ha de ser la última hora, el último momento en que se comparte algo con alguien, el instante de la que ya será la última sonrisa.

Y si algo recuerdo ahora es la sonrisa, no oculta por la tupida barba sino enmarcada en ella, del poeta, cuando hace unos días alguien, en Aguascalientes, al terminar el acto de entrega de su premio se acercó tímido a Tomas Segovia para agradecerle sí su poesía, pero también y, sobre todo, su labor como traductor, su Hamlet, la sonrisa cómplice y humilde de quien se reconoce a sí mismo.

Ser o no ser, de eso se trata:
si para nuestro espíritu es más noble sufrir
las pedradas y dardos de la atroz Fortuna
o levantarse en armas contra un mar de aflicciones
y oponiéndose a ellas darles fin.
Morir para dormir; no más; ¿y con dormirnos
decir que damos fin a la congoja
y a los mil choques naturales
de que la carne es heredera?
Es la consumación
que habría que anhelar devotamente:
morir para dormir. Dormir, soñar acaso;
Sí, ahí está el tropiezo: que en ese sueño de la muerte
qué sueños puedan visitarnos
cuando ya hayamos desechado
el tráfago mortal,
tiene que darnos qué pensar.
Ésta es la reflexión que hace
que la calamidad tenga tan larga vida:
pues, ¿quién soportaría los azotes
y escarnios de los tiempos, el daño del tirano,
el desprecio del fatuo, las angustias
del amor despechado, las largas de la Ley,
la insolencia de aquel que posee el poder
y las pullas que el mérito paciente
recibe del indigno, cuando él mismo podría
dirimir ese pleito con un simple punzón?
¿Quién querría cargar con los fardos,
rezongar y sudar en una vida fatigosa,
si no es porque algo teme tras la muerte?
Esa región no descubierta
de cuyos límites ningún viajero
retorna nunca, desconcierta
nuestro albedrío, y nos inclina
a soportar los males que tenemos
antes que abalanzarnos a otros que no sabemos.
De esta manera la conciencia
hace de todos nosotros cobardes,
y así el matiz nativo de la resolucion
se opaca con el pálido reflejo del pensar,
y empresas de gran miga y mucho momento
por tal motivo tuercen sus caudales
y dejan de llamarse acciones.


Y, aunque se le recordará como un escritor del erotismo,


Dime mujer

(Para Luci Fernández de Alba, que se sorprendió)

Dime mujer dónde escondes tu misterio

mujer agua pesada volumen transparente

más secreta cuanto más te desnudas

cuál es la fuerza de tu esplendor inerme

tu deslumbrante armadura de belleza

dime no puedo ya con tantas armas

mujer sentada acostada abandonada

enséñame el reposo el sueño y el olvido

enséñame la lentitud del tiempo

mujer tú que convives con tu ominosa carne

como junto a un animal bueno y tranquilo

mujer desnuda frente al hombre armado

quita de mi cabeza este casco de ira

cálmame cúrame tiéndeme sobre la fresca tierra

quítame este ropaje de fiebre que me asfixia

húndeme debilítame envenena mi perezosa sangre

mujer roca de la tribu desbandada

descíñeme estas mallas y cinturones de rigidez y miedo

con que me aterro y te aterro y nos separo

mujer oscura y húmeda pantano edénico

quiero tu ancha olorosa robusta sabiduría

quiero volver a la tierra y sus zumos nutricios

que corren por tu vientre y tus pechos y que riegan tu carne

quiero recuperar el peso y la rotundidad

quiero que me humedezcas me ablandes me afemines

para entender la feminidad la blandura húmeda del mundo

quiero apoyada la frente en tu regazo materno

traicionar al acerado ejército de los hombres

mujer cómplice única terrible hermana

dame la mano volvamos a inventar el mundo los dos solos

quiero no apartar nunca de ti los ojos

mujer estatua hecha de frutas paloma crecida

déjame siempre ver tu misteriosa presencia

tu mirada de ala y de seda y de lago negro

tu cuerpo tenebroso y radiante plasmado de una vez sin titubeos

tu cuerpo infinitamente más tuyo que para mí el mío

y que entregas de una vez sin titubeos sin guardar nada

tu cuerpo pleno y uno todo iluminado de generosidad

mujer mendiga pródiga puerto del loco Ulises

no me dejes olvidar nunca tu voz de ave memoriosa

tu palabra imantada que en tu interior pronuncias siempre desnuda

tu palabra certera de fulgurante ignorancia

la salvaje pureza de tu amor insensato

desvariado sin freno brutalizado enviciado

el gemido limpísimo de la ternura

la pensativa mirada de la prostitución

la clara verdad cruda

del amor que sorbe y devora y se alimenta

el invisible zarpazo de la adivinación

la aceptación la comprensión la sabiduría sin caminos

la esponjosa maternidad terreno de raíces

mujer casa del doloroso vagabundo

dame a morder la fruta de la vida

la firme fruta de luz de tu cuerpo habitado

déjame recostar mi frente aciaga

en tu grave regazo de paraíso boscoso

desnúdame apacíguame cúrame de esta culpa ácida

de no ser siempre armado sino sólo yo mismo.


lo era también de la tristeza.


Modesto desahogo


Estoy más triste que un zapato ahogado
estoy más triste que el polvo bajo los petates
estoy más triste que el sudor de los enfermos
estoy triste como un niño de visita
como una prostitutas desmaquillada
como el primer autobús al alba
como los calzoncillos de los notarios
triste triste triste de sonreír como un bobo desde los rincones
de ver tallar las cartas en redondo saltándome siempre a mí
de todo lo que se dicen y se dan y se mordisquean en mis narices
estoy harto de quedarme con el saludo en la boca
de salir bien dibujado entre la muchedumbre
para que me borre siempre el estropajo de su roce
de no estar nunca en foco para ningunos ojos
de tener tan desdentada la mirada
de navegar tras la línea del horizonte
con mis banderitas cómicamente izadas
no puedo más de no ser nunca nadie
de que no me dejen jamás probarme otra careta que la de ninguno
de no irrumpir de no alterar el oleaje
de no curvar jamás un tren de ondas
de no desviar a mis corrales la palabra suelta
de que nunca me caiga a mí la lotería de un vuelco visceral
De no poblar ni el más vago sueño ocioso
De saber que ningún mal pensamiento tendrá ya más mi rostro.
Estoy hasta aquí de la avaricia de los privilegiados
de que quieran para ellos solos toda la juventud
todos los influjos en las cosas del mundo
todo el favoritismo de la prostitutas alegría
toda la iniciativa de renuevo y capricho
de que se apropien sin escrúpulos la plusvalía de calor y encuentros
todo el capital de risa y de coloquio
que repartido con justicia
alcanzaría de sobra para alimentarnos a todos
a todos los hambrientos de carne de comunión
y sedientos de vino de comunión
a todos los que están tristes
como faldones arrugados que les cuelgan a los otros
en fin estoy jibosamente desolado
de haber envejecido sin seguro de vida
sin seguro de nombre
sin cavar mi guarida en el espeso ahorro
de no haber cobrado el billete cuando la vida se asomaba a mirarme
de haber tirado siempre deudas al cesto sin mirarlas
y lo que quiero decir es que estoy a fin de cuentas
terriblemente triste de que no me hayáis perdonado.


Y, sobre todo, de la esperanza.


En brazos de la noche


Está ya oscurecida la hermosura;

los árboles desnudos

se mecen en la sombra,

y un gran silencio vela suspendido.

En brazos de la noche

se guarda y perpetúa la promesa del día,

la prometida plenitud del día

que cumple en sólo prometerse

un don que nos inclina,

y nos fuerza, y nos basta.

De noche la hermosura a solas habla;

a solas en el aire solo

late oculto el ardor de su promesa

sin cesar renovada.

Y a través de la noche,

desde el oscuro fondo de su entraña,

nos guía y acompaña

heridos de esperanza, al nuevo día,

nuevamente a cumplir bajo el sol nuevo

su plenitud igual y suficiente

de prometida nuestra sin fin, siempre la misma.


miércoles, 12 de octubre de 2011

Cuando el amor se olvida (La Bien Querida)

Si tú quisiste a alguien y ese no te quiso.
Si alguien te engañó y no lo pudiste ver,
no le culpes al amor que así lo quiso,
solo piensa en lo feliz que al mentir te hizo.

Los suspiros son aire y van al aire,
y las lágrimas agua y van al mar.
Los suspiros son aire y van al aire,
y las lágrimas agua y van al mar.

domingo, 9 de octubre de 2011

Un poema en Cuartoscuro 110

no sé o sé apenas dónde vivo:

no sé qué ha de quedar del cuerpo éste,
qué de los otros que son sólo nombres sin rostro:

no sé qué quedará de este instante
en que desearía que se detuviera la ciudad
antes de que inexorable el olvido la borre:

no sé qué habrá de ser de las palabras
que un día significan y al otro ya no,
de las palabras que sólo sirven o casi
para arrepentirse de haberlas pronunciado:

no sé en qué habrá de quedar todo esto
ni la piedra ni la ciudad ni los cuerpos
pero sé con esa certeza de la fe inútil
que alguien ahí afuera y ahora mismo
fija contra el olvido un instante:

miércoles, 5 de octubre de 2011

Carta abierta a la Academia Sueca

Estimados miembros de la Academia Sueca:

¿Podemos dejarnos de tonterías y darle a Philip Roth el premio Nobel de Literatura antes de que muera?

El resto, aquí.

sábado, 24 de septiembre de 2011

apunte para un autorretrato

ser solo o ser triste es vocación,
una tan duradera como el insomnio:

ser así es un juego genético
donde todos ponen donde todos pierden
y ni la casa, suponiendo que existiera, gana nunca:

ser es una pregunta pasada ya de moda
o una respuesta tal vez que ya no llega:

ser es justo ahora
el único verbo
que no quiero
ni puedo conjugar:

ser son demasiadas letras
y pierdo la cuenta
pierdo el orden
cuando comienzo a deletrearlas:

ser y si acaso:

martes, 20 de septiembre de 2011

Matephorique

no aprenderemos a sumar nunca
no sabremos nunca los números
o quizá sí pero no su orden:
 
no habrá formulas ni letras
pero sí incógnitas y derivadas
ecuaciones sin solución múltiple
 
no aprendemos nada nunca salvo el odio
a aquella maestra de matemáticas
que de niños nos dijo que todo todo
se resolvía
con lo que nos intentaba enseñar.

jueves, 15 de septiembre de 2011

lunes, 12 de septiembre de 2011

Una verdad más

"Toda lengua, sea cual sea, da cada siglo para generar tres, cuatro o cinco grandes poetas [...] Si aceptamos que estos grandes nombres, en la mayoría de las tradiciones occidentales, se dieron durante la primera mitad de siglo, fácilmente convendremos en aceptar nuestro feliz destino de poetas menores".
(Alex Susanna)

domingo, 11 de septiembre de 2011

"Baso" es con "v"

Vuelves a mi cabeza cuando ponen esa puta canción ...

jueves, 8 de septiembre de 2011

En la puerta de un subway (borrador)

"Nosotras nos crecemos ante el castigo", dijiste
y me imaginé comprándote latigos y mordazas,
diminuta ropa interior de cuero negro y encajes
o instrumentos de tortura como un juego.

"Nos crecemos ante el castigo", repetiste
y entonces cai en cuenta de que hablabas del trabajo
y te imaginé como tantos días
en pants y despeinada, bostezando antes
del último cigarro de la noche,
antes también
del beso suave de las buenas noches.

lunes, 5 de septiembre de 2011

N-P (Banana Yoshimoto)

Me encontré frente a una mujer desconocida que estaba sonriéndome alegremente.
Eso hizo que asustara aún más. No olvidare nunca el momento en que vi por primera vez aquellos ojos clavados en mí. Su mirada tenía la transparencia pura de Sirio brillando a lo lejos en el cielo nocturno, o la límpida luz de un Martini seco, preparado a conciencia, emanando a través de la copa de cóctel.
¿Podrán comprenderme? Sentí pánico. Al descubrir en un rostro adulto unos ojos de bebé recién nacido como aquellos, ¿cómo es posible adivinar lo que en ellos se refleja o los pensamientos que acuden a su mente?
Era una persona muy extraña, no se parecía a cualquier otra que hubiera visto antes. Pero era atractiva. Poseía una agudeza semejante al instinto de un animal, similar a la fuente que brota de la inteligencia.
Me quedé mirándola fijamente. La examiné.
La línea de los senos, pequeña y bien formada. Las piernas, que los cortísimos pantalones dejaban al descubierto, eran sensuales e inesperadamente carnosas. En los pies desnudos, unas sandalias amarillas de playa.

jueves, 1 de septiembre de 2011

Rainer Maria Rilke

Por ti, para que tú un día llegaras,
¿no respiraba yo a media noche
el flujo que ascendía de las noches?
Porque esperaba, con magnificencias
casi inagotables, saciar tu rostro
cuando reposó una vez contra el mío
en infinita suposición.
Silencioso se hizo espacio en mis rasgos;
para responder a tu gran mirada
se espejaba, se ahondaba mi sangre.
¡Qué expresión fue sembrada en mi interior
para que, cuando crece tu sonrisa,
proyecte sobre ti espacio cósmico!
Pero tú no vienes, o vienes demasiado tarde.
Precipitaros, ángeles, sobre este
linar azul. ¡Segad, segad, oh ángeles!

martes, 30 de agosto de 2011

Casi un plagio

YA VAN VEINTE AÑOS DE NEVERMIND y no ha pasado nada:
todo sigue, aunque envejecido, igual que entonces.

Yo sigo recorriendo
las habitaciones más oscuras de la noche,
esas en que mis canas prematuras
destacan más cada día,
y tú, todavía insomne,
prendida a la pantalla
conviertes en unos y ceros la amistad.

El mundo continúa quizá peor
pero no mucho más que entonces.

Ahora los meseros ya no usan "joven"
para dirigirse a nosotros y dicen
"señor" y "señora" mientras los desconocidos
confunden los hijos de nuestros fallidos matrimonios
como si fueran nuestros.

Y el twitter y los blogs replican
lo felices que fuimos entonces.

Todo sigue igual. Nevermind. O quizá Nevermore.

miércoles, 17 de agosto de 2011

Un cuento tristísimo de Sherman Alexie

IDOLATRÍA

Marie esperó horas. Estaba bien. Ella era india y todo lo indio -powwows, funerales y bodas- requería paciencia. Esta audición no era india, pero ella estaba lista cuando dijeron su nombre.

“¿Qué vas a cantar?”, preguntó el británico.

“‘Every Reservation Girl Loves Patsy Cline’”, dijo ella.

“Escuchémosla”.

Sólo pudo cantar la primer estrofa antes de que la interrumpieran.

“Eres una cantante horrible”, le dijo. “No vuelvas a cantar nunca”.

Ella sabía que ese momento se transmitiría por la cadena nacional. Ella había estado de acuerdo en aceptar cualquier humillación.

“Pero mis amigos, mis maestros de voz, mi madre me dicen que soy buena”.

“Te mintieron”.

¿Cuántas canciones había cantado Marie en su vida? ¿Cuántas mentiras le habían contado? Enfrente de la cámara, Marie hizo la cruel suma, se fue corriendo hasta la habitación verde y lloró en los brazos de su madre.

En este mundo, debemos amar a los que mienten. O vivir solos.

(Publicado en HC).

domingo, 24 de julio de 2011

Adios, Amy

Para y con Cristina


Lo primero fue una reseña en Mojo de “Frank”, una reseña que parecía exagerada. Después un par de canciones que comenzaban a sonar en los ipods de algunos amigos. Al final, esos videos, como descuidados pero perfectamente adecuados. Y, sobre todo, ese pelo que parecía mentira. (Y una biografía que no dejaba nada que envidiar a la Pete Doherty que, aunque delgado y paliducho, aún sigue entre nosotros).
Después llegó “Back in Black”, con esa maravillosa sección de viento que son los Dap Kings que llevaban sus años de trote y que por sí mismos –vease el caso de Sharon Jones– ya harían grande el disco. Fue entonces cuando comenzaste a cantarla, no podía ser de otro modo, obsesivamente, a la menor provocación. Y llegaron, al poco tiempo, los premios y sonaba más y más y el disco era bueno, muy bueno, casi perfecto, impecable. Pero tenía algo que lo hacía infinitamente mejor al resto, esas letras que de tan autobiográficas, de tan sinceramente autobiográficas, pasan a ser polibiográficas. Cualquiera que haya vivido un poco sabe de que estaba hablando la Winehouse.
“No pasa nada si termino sola” cantaba en esa enorme oda a la adicción que es Addicted, pero sabíamos que no era sólo eso sino el terror a no morir solo que unicamente se puiede desafiar gritando que es justamente lo que menos importa. “Y yo vuelvo a nosotros” una línea escondida en Back to Black que resume años de peleas y reencuentros, de odios y amores enfermizos, de gritos y silencios. Y qué mejor banda sonora para clases nocturnas de “aprender a dar el avión” que esas dos líneas de He Can Only Hold Her que “Por eso él intenta calmarla / porque lo que ella tiene dentro no muere”. Hasta llegar al tema cuatro del disco que creo que es la frase que más veces te he escuchado decirme en mi vida “¿Cuándo llegará el momento en que podamos ser amigos, sólo amigos?”. Y ella misma se, nos, respondía en la diguiente canción, acertada, verdadera, dolorosa, cuando cantaba una y otra vez que “el amor es un juego en que siempre se píerde”. Y todos esos enojos que tus amigos teníamos que escuchar porque tenías la misma rabia que la Amy cuando cantaba en Me and Mr Jones eso de que “nada se interpone entre mi hombre y yo”.
Si fuera un viejo disco de vinilo ahora haría una pausa para cambiar el lado y poner la cara B que empezaría con esa maravillosa oda sobre el-no-quiero-cambiar-nunca que es Rehab y esa frase, grito desesperado de “no, no, no”, un buen reverso del no cambies nunca y el problema es que uno no quiere cambiar. Y todo “hay que dejarlo por escrito / pero para quién escribirmos” canta en una de las canciones más subestimadas, y en parte con razón, del disco que es Some Unholy War. Total, todo para que al final “las lágrimas se sequen solas” porque “somos historia, tu sombra me cubre”. Y no queda otro remedio de “despertarse solo” siguiendo las ordenes de un disco cada vez más triste, cada vez más lleno de verdad, de esas verdades que sólo algunos conocen y menos aún se atreven a dejar por escrito o a cantarlas. Y sí, hasta el final, el grand finale, esa declaración, ojalá lo hubieramos sabido antes, de “ya sabes que no soy buena”. Un final que desde hace un par de días es más triste aún.
Y ojalá alguien tenga la idea de grabar en su lápida, o garabetearlo, lo que ella escribió de si misma en “Frank”, en una canción titulada con su nombre repetido tres veces “Amy Amy Amy / Aunque ya he estado aquí antes”.